Pastoral Universitaria

La aventura comienza.

Primer Encuentro de Universitarios

Ellos son el grano de mostaza que pronto se convertirán en un árbol frondoso.

Promoviendo la Pastoral Universitaria

El encuentro en San Pedro La Laguna fue una buena experiencia.

Análisis y diálogo

El diálogo y el análisis es importante en el conocimiento, transmisión y defensa de la fe.

¡Vamos a Río!

Nuestra Iglesia es joven. Lo demuestran los millones de jovenes que estarán junto al Papa en Río de Janeiro.

viernes, 24 de febrero de 2012

La ceniza cuaresmal como noticia en “The Guardian”, “Washington Post”, “WSJ” y “NYT”


Para la prensa, los ritos del calendario litúrgico tienen la ventaja no solo de la belleza estética, sino también de que son previsibles. Se sabe cuando sucederán y se pueden prever: se envía al fotógrafo con antelación, se prepara con calma la entrevista… Pero eso también puede ser un inconveniente, pues el elemento de novedad está ausente: si ya se sabe que todos los años se repite el ciclo, ¿dónde está la noticia? La verdad es que, si se sabe hacer, siempre hay noticia.

Ayer, varios diarios de gran difusión se hicieron eco del rito del miércoles de ceniza. The Washington Post subrayó su aspecto visual, la marca de ceniza en la frente, en una simpática galería fotográfica de la que procede la foto que ilustra esta entrada. Lo mismo hicieron otros dos diarios norteamericanos,  The Wall Street Journal y The New York Times, destacando  en sendas “fotos del día” el rostro de un fiel con la vistosa mancha de ceniza.

Más interesante todavía me ha parecido el británico The Guardian, que dedicó un profundo editorial al sentido de la muerte que recuerda el miércoles de ceniza. Para el diario, la Iglesia católica y cierto cine de arte y ensayo son los únicos que hablan hoy de la muerte sin eufemismos, a pesar de que todos constatamos que la  “vida es una enfermedad con el 100% de mortalidad”.  El artículo afirma que “no podemos resolver el sentido de la vida sin preguntarnos sobre la muerte”, y recuerda los tiempos en los que se quería morir rodeado de la familia, sabiendo que ese era el momento de rectificar lo que se había hecho mal, de pedir perdón… En definitiva, una perlita en un diario en el que tal vez no te la esperas.

domingo, 19 de febrero de 2012

Via Crucis.

Querid@ amig@ universitari@, Desde hace veinte siglos, la Iglesia se reúne para recordar y revivir los acontecimientos de la última etapa del camino terreno del Hijo de Dios. Ahora, como cada año, la Iglesia se congrega para seguir las huellas de Jesús que, «cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se flama Gólgota» (Jn 19, 17).
Espero que el siguiente material, te pueda ayudar a conmemorar, de modo sencillo, el camino de la Cruz que nuestro Señor padeció por ti y por mí.

Oración Inicial
Señor Jesucristo,

colma mi corazón con la luz de tu Espíritu Santo,
para que, siguiéndote en tu último camino,
sepa ver cuál es el precio de mi redención
y sea digno de participar
en los frutos de tu pasión, muerte y resurrección.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


1ª Estación: Jesús sentenciado a muerte
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Sentenciado y no por un tribunal, sino por todos. Condenado por los mismos que le habían aclamado poco antes. Y El calla... Nosotros huímos de ser reprochados. Y saltamos inmediatamente...
Dame, Señor, imitarte, uniéndome a Ti por el Silencio cuando alguien me haga sufrir. Yo lo merezco. ¡Ayúdame! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

2ª Estación: Jesús cargado con la cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas cruces de cada día, de mis achaques, de mis dolencias, de mi soledad.
Dame convertir en ofrenda amorosa, en reparación por mi vida y en apostolado por mis hermanos, mi cruz de cada día. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

3ª Estación: Jesús cae, por primera vez, bajo el paso de la cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Tú caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caídas diarias, cuando después de haberme propuesto ser fiel, vuelvo a reincidir en mis defectos cotidianos. ¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia Ti! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

4ª Estación: Encuentro con la Virgen
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de mi vida.
Con ella, apoyándome en su cariño maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el último día de mi existencia. ¡Ayúdame Madre! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...


5ª Estación: el Cirineo ayuda al Señor a llevar la Cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido al mundo para algo concreto, para realizarnos de una manera particular.
¿Cuál es la mía y cómo la llevo a cabo? Pero hay algo, Señor, que es misión mía y de todos: la de ser Cirineo de los demás, la de ayudar a todos. ¿Cómo llevo adelante la realización de mi misión de Cirineo? Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

6ª Estación: la Verónica enjuga el rostro de Jesús
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te abandonan. Yo, Señor, te abandono cuando me dejo llevar por el "qúe dirán", del respeto humano, cuando no me atrevo a defender al prójimo ausente, cuando no me atrevo a replicar una broma que ridiculiza a los que tratan de acercarse a Ti.
Y en tantas otras ocasiones. Ayúdame a no dejarme llevar por el respeto humano, por el "qué dirán". Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

7ª Estación: Segunda caída en el camino de la Cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Caes, Señor, por segunda vez. El Via Crucis nos señala tres caídas en tu caminar hacia el Calvario. Tal vez fueran más.
Caes delante de todos... ¿Cuándo aprenderé yo a no temer el quedar mál ante los demás, por un error, por una equivocación?. ¿Cuándo aprenderé que también eso se puede convertir en ofrenda? Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

8ª Estación: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Muchas veces, tendría yo que analizar la causa de mis lágrimas. Al menos, de mis pesares, de mis preocupaciones. Tal vez hay en ellos un fondo de orgullo, de amor propio mal entendido, de egoismo, de envidia.
Debería llorar por mi falta de correspondencia a tus innumerables beneficios de cada día, que me manifiestan, Señor, cuánto me quieres. Dame profunda gratitud y correspondencia a tu misericordia. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

9ª Estación: Jesús cae por tercera vez
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Tercera caída. Más cerca de la Cruz. Más agotado, más falto de fuerzas. Caes desfallecido, Señor.
Yo digo que me pesan los años, que no soy el de antes, que me siento incapaz. Dame, Señor, imitarte en esta tercera caída y haz que mi desfallecimiento sea beneficioso para otros, porque te lo doy a Ti para ellos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

10ª Estación: Jesús despojado de sus vestiduras
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus heridas. A infinita distancia de tu dolor, yo he sentido, a veces, cómo algo se arrancaba dolorosamente de mí por la pérdida de mis seres queridos.
Que yo sepa ofrecerte el recuerdo de las separaciones que me desgarraron, uniéndome a tu pasión y esforzándome en consolar a los que sufren, huyendo de mi propio egoismo. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

11ª Estación: Jesús es clavado en la Cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Señor, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y así pueda ayudar a mis hermanos. Y que cuando mi esfuerzo no consiga disminuirlas, me esfuerce en ofrecértelas también por ellos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...



12ª Estación: Jesús muere en la Cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Te adoro, mi Señor, muerto en la Cruz por Salvarme. Te adoro y beso tus llagas, las heridas de los clavos, la lanzada del costado... ¡Gracias, Señor, gracias! Has muerto por salvarme, por salvarnos.
Dame responder a tu amor con amor, cumplir tu Voluntad, trabajar por mi salvación, ayudado de tu gracia. Y dame trabajar con ahínco por la salvación de mis hermanos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...


13ª Estación: Jesús en brazos de su madre
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momentos de tu dolor incomparable. Déjame estar a tu lado. Más te pido: que hoy y siempre me tengas cerca de Ti y te compadezcas de mí. ¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...



14ª Estación: el cadáver de Jesús pueto en el Sepulcro
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Todo ha terminado. Pero no: después de la muerte, la Resurrección. Enséñame a ver lo que pasa, lo transitorio y pasajero, a la luz de lo que no pasa. Y que esa luz ilumine todos mis actos. Así sea. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

Oración Final
Te suplico, Señor, que me concedas, 
por intercesión de tu Madre la Virgen, 
que cada vez que medite tu Pasión, 
quede grabado en mí 
con marca de actualidad constante, 
lo que Tú has hecho por mí 
y tus constantes beneficios.
Haz, Señor, que me acompañe, 
durante toda mi vida, 
un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén
Fuente: aciprensa.com 
Por: Lester Puac.


miércoles, 8 de febrero de 2012

Qué es el amor?

Querid@s amig@s, por estos días nos hemos dado cuenta que tanto en las calles, en la radio, en las aulas universitarias incluso, se habla tanto de que estamos en el mes del cariño, en el mes de la amistad, este mes es llamado también como el mes del amor.
¿Realmente sabemos qué es el amor?  El Papa Benedicto XVI en su encíclica “Deus Caritas est” (Dios es amor), nos dice que el término “amor” se ha convertido hoy en una de las palabras más utilizadas y también de las que más se abusa, a la cual damos acepciones totalmente diferentes, al recordar el extenso campo semántico de la palabra “amor”: se puede hablar de amor a la patria, de amor por la profesión o el trabajo, de amor entre amigos, entre padres e hijos, entre hermanos y familiares, del amor al prójimo y del amor a Dios. Sin embargo, en toda esta multiplicidad de significados, destaca como arquetipo por excelencia, el amor entre el hombre y la mujer, en el cual intervienen inseparablemente el cuerpo y el alma (cfr. n.2). Con esto nos damos cuenta que el amor es algo muy indispensable en la vida de cada persona, independientemente del ambiente en el que se mueve cada día.
El amor es algo muy fundamental en la vida de toda persona. Todos necesitamos recibir y dar amor, nadie puede decir que no necesita del amor y del cariño de los demás o que no puede dar amor a los que lo rodean. Podemos decir que el amor es como el motor que mueve la vida de las personas, un padre trabaja para ganar el sustento diario de su familia porque los ama, una madre cuida y educa a sus hijos porque los ama, un estudiante se esfuerza cada día por alcanzar un título profesional con el fin de darles un futuro mejor a aquellos que lo rodean y que sean felices, lo que lo mueve a él es el amor que siente por sus seres queridos.
Toda persona está llamada a dar amor y cariño a aquellas personas que tiene más cerca, a su familia, a sus amigos y luego a toda persona con quienes se relacione cada, sea quien sea, aunque algunas veces este amor que demostremos sea rechazado o no correspondido, sin embargo, debemos de hacerlo también con visión sobrenatural, por amor a Dios, porque todo hombre es imagen y semejanza de Dios, por el hecho de demostrarle mi amor a aquella persona que tengo más cerca, también le estaré demostrando mi amor a Dios, porque a como dice el apóstol san Juan en una de sus cartas, “no solo basta con decir, “yo amo a Dios”, pero si odias a tu hermano, entonces eres un mentiroso, porque si no amas a tu hermano a quien ves, no puedes amar a Dios a quien no ves”(cfr. 1Jn 4,20).
Piensa entonces si demuestras verdadero amor a Dios a través de aquellos que se encuentran a tu lado. “Escucha la voz más profunda de tu interior. Es tu corazón que habla. Tu corazón sabe que lo más importante es el amor, y que el amor proporciona paz y esperanza” (Linus Mundy).

Santos F. Ramos

viernes, 3 de febrero de 2012

¿Qué es el Bautismo?

Querido amig@ en esta ocasión vamos a conocer un poco más sobre el sacramento del bautismo y sus efectos.

Comenzaremos diciendo que el bautismo es la puerta de entrada a la Iglesia y a los demás sacramentos. (CEC 1213). Bautismo significa sumergir en el agua. Es el sacramento que nos hace hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Con ella se nos perdona el pecado original de la que todos somos herederos de nuestros primeros padres y además los pecados personales que hemos cometido hasta el momento de nuestro bautismo.

Enumeramos a continuación los efectos que el Bautismo realiza en la persona que recibe tal sacramento:

Ø  Perdona el pecado original
Ø  Perdona todos los pecados personales
Ø  Perdona las penas debidas al pecado
Ø  Hace participar de la vida divina trinitaria mediante la gracia santificante
Ø  Nos incorpora a Cristo y a su Iglesia
Ø  Nos hace participar del sacerdocio de Cristo
Ø  Nos otorga las virtudes teologales (Fe, Esperanza, Caridad)
Ø  Nos otorga los dones del Espíritu Santo

 Todos estos efectos se realizan en el alma de la persona que está dispuesta a recibirlo. ¿Imagínate amigo y amiga si no estuvieras bautizado o bautizada cuánta gracia de Dios no recibieras?

Ahora bien, el bautismo puede ser administrado a cualquier persona que aún no esté bautizada. Esto quiere decir que lo pueden recibir grandes y pequeños. Puede un adulto con su uso libre de razón pedir el Bautismo. La Iglesia aconseja que se administre desde los primeros días del nacimiento porque como todos nacemos con el pecado original, necesitamos ser liberados del poder del maligno y entrar al reino de la libertad de los hijos de Dios (CEC. Compendio #258).

Agradezcámosle pues a Dios y luego a nuestros padres que nos han bautizado, y portémonos cual somos en verdad: Hijos de Dios” y demos en el mundo testimonio de que hemos sido bautizados y comuniquemos esa alegría de formar parte de la gran Familia de Dios.

Nestor C.