Querid@s amig@s, por estos días nos hemos dado cuenta que tanto en las calles, en la radio, en las aulas universitarias incluso, se habla tanto de que estamos en el mes del cariño, en el mes de la amistad, este mes es llamado también como el mes del amor.
¿Realmente sabemos qué es el amor? El Papa Benedicto XVI en su encíclica “Deus Caritas est” (Dios es amor), nos dice que el término “amor” se ha convertido hoy en una de las palabras más utilizadas y también de las que más se abusa, a la cual damos acepciones totalmente diferentes, al recordar el extenso campo semántico de la palabra “amor”: se puede hablar de amor a la patria, de amor por la profesión o el trabajo, de amor entre amigos, entre padres e hijos, entre hermanos y familiares, del amor al prójimo y del amor a Dios. Sin embargo, en toda esta multiplicidad de significados, destaca como arquetipo por excelencia, el amor entre el hombre y la mujer, en el cual intervienen inseparablemente el cuerpo y el alma (cfr. n.2). Con esto nos damos cuenta que el amor es algo muy indispensable en la vida de cada persona, independientemente del ambiente en el que se mueve cada día.
El amor es algo muy fundamental en la vida de toda persona. Todos necesitamos recibir y dar amor, nadie puede decir que no necesita del amor y del cariño de los demás o que no puede dar amor a los que lo rodean. Podemos decir que el amor es como el motor que mueve la vida de las personas, un padre trabaja para ganar el sustento diario de su familia porque los ama, una madre cuida y educa a sus hijos porque los ama, un estudiante se esfuerza cada día por alcanzar un título profesional con el fin de darles un futuro mejor a aquellos que lo rodean y que sean felices, lo que lo mueve a él es el amor que siente por sus seres queridos.
Toda persona está llamada a dar amor y cariño a aquellas personas que tiene más cerca, a su familia, a sus amigos y luego a toda persona con quienes se relacione cada, sea quien sea, aunque algunas veces este amor que demostremos sea rechazado o no correspondido, sin embargo, debemos de hacerlo también con visión sobrenatural, por amor a Dios, porque todo hombre es imagen y semejanza de Dios, por el hecho de demostrarle mi amor a aquella persona que tengo más cerca, también le estaré demostrando mi amor a Dios, porque a como dice el apóstol san Juan en una de sus cartas, “no solo basta con decir, “yo amo a Dios”, pero si odias a tu hermano, entonces eres un mentiroso, porque si no amas a tu hermano a quien ves, no puedes amar a Dios a quien no ves”(cfr. 1Jn 4,20).
Piensa entonces si demuestras verdadero amor a Dios a través de aquellos que se encuentran a tu lado. “Escucha la voz más profunda de tu interior. Es tu corazón que habla. Tu corazón sabe que lo más importante es el amor, y que el amor proporciona paz y esperanza” (Linus Mundy).
Santos F. Ramos
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