sábado, 13 de agosto de 2011

Conocer, amar y servir a Jesucristo

Esa es la finalidad de toda acción evangelizadora y catequética, y por supuesto, eso es lo que deseamos en este espacio.

En realidad, no hay nada mejor que pueda pasarle a un hombre que encontrarse con ese Dios hecho Hombre, ese Dios que por un designio amoroso y libérrimo de su parte, quiso salir en nuestra búsqueda.

Dios nos ama, y lo ha demostrado en la Cruz de Cristo.  Dios nos ama, y por eso sigue llamando a nuestra puerta, la puerta de nuestro corazón.  ¿Quieres abrir la puerta de tu alma, de tu vida...? 

Jesús mismo dijo: "tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna" (Jn 3,16).  Pero, está claro, Él nunca violentará nuestras puertas, esperará hasta que voluntariamente las abramos.

No temamos, pues.  ¡Amemos y sirvamos al Señor nuestro Dios, pues Él nos ha amado primero¡  Recuerda que "amor con amor se paga". Además, "Jesús no quita nada, y lo da todo" (Benedicto XVI).

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