Con frecuencia se oye decir que
“si Adán no hubiera pecado no tendríamos por qué trabajar”, y se reniega de
algo que es tan sagrado porque encuentra su origen, al igual que todo cuanto
existe, en Dios mismo. El primer gran Trabajador es Dios, quien hizo el cielo y
la tierra y encomendó al ser humano proseguir su obra: trabajar la tierra que
le confiaba. El trabajo, entonces, no es fruto del pecado, como se piensa, si
no un encargo dado por Dios al ser humano. Y es aquí de donde radica la dignidad de todo trabajo humano, el cual no
es un castigo si no un medio que sirve no solo para subsistir sino también para
ser colaboradores de Dios y, a la vez, medio para alcanzar la unión con
Él. San Benito, hacia el siglo VI,
exhortaba a “orar y trabajar”, unir dos momentos que parecieran distintos y sin
ninguna relación pero que son complementarios y que hoy en día parecen estar
contrapuestos. Todos estamos llamados a realizar alguna labor en esta vida.
Jesús mismo trabajo con sus propias manos y nos dio así ejemplo de
trabajo. Muchos de nosotros trabajamos y
estudiamos, otros solo se dedican a estudiar, en cualquiera de los casos el
estudio también es un trabajo, y trabajo serio que requiere esfuerzo, dedicación
y sinceridad sabiendo que de cómo nos preparemos dependerá el futuro de nuestra
sociedad, la cual necesita de hombres y mujeres trabajadores, capaces de
responder a sus necesidades inmediatas y de solucionar problemas urgentes.
Estudiar a conciencia y con sinceridad hará de nosotros personas de fiar,
comprometidos con nuestro mundo. Y quienes
solo se dedican al trabajo también han de recordar que su trabajo los dignifica
y los debe llevar a Dios. El trabajo
bien hecho es de gran ayuda para la sociedad, la cual no solo se beneficia de
los servicios y frutos que el trabajo deje, sino también de la calidad de
personas que lo realicen. Y con esto termino: solo sabras si eres una persona
de calidad si tu trabajo o tu estudio es algo “de calidad”, bien hecho, bien
terminado, pues “el obrar sigue al ser”.
Me he trasladado a www.actadiurna.org
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Gracias por la visita. Me he mudado a www.actadiurna.org Allí trato sobre
temas de comunicación, cultura, fe y valores humanos (como ya hacía, en
parte, ta...
Hace 8 años
Año de la Fe
¡En el espíritu de toda la Iglesia!.
3. ¿Cómo se puede conocer a Dios con la sola luz de la razón?
A partir de la Creación, esto es, del mundo y de la persona humana, el hombre, con la sola razón, puede con certeza conocer a Dios como origen y fin del universo y como sumo bien, verdad y belleza infinita. (Compendio del Catecismo)
Somos estudiantes universitarios católicos, de la diócesis de Sololá-Chimaltenango, que queremos vivir y compartir nuestra fe, y estimular para que otros también la vivan, la conozcan y la defiendan.
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