miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿Conoces a Cristo?

La pregunta  puede dar posibilidad para varias respuestas, según la perspectiva desde la que se considere el verbo “conocer”, pues bien podría pensarse en un conocimiento meramente intelectual,  en otro vivencial-sentimental, y en otro más cercano al conocimiento interior que procede de la experiencia fe.
El primero es el conocimiento que nos proporcionan los teólogos, los historiadores y, en general, los estudiosos; si se absolutiza, tiene el peligro de ser demasiado fría y racionalista, y no decirnos nada en nuestra vida.  El segundo, es el de aquellos que han oído hablar de Jesús y han aceptado -según dicen- como Señor y Salvador, aunque muchas veces no son capaces de dar razones de su fe, como nos pide el apóstol Pedro; ésta tiene el peligro de conducirnos a un fideísmo ajeno a toda racionabilidad. Finalmente, el tercero, es el conocimiento más bien interior, que procede de una experiencia profunda de fe, de trato personal con el Señor en la oración, fruto de una constante escucha y meditación de la Palabra de Dios. 
¿Tù, querido amigo, te identificas con alguna de estas formas de conocer a Jesucristo?
Al preguntarnos por cuál de estas tres es mejor o peor, diremos que si se logran integrar cada una de ellas podríamos llegar a un enriquecimiento que necesariamente nos conducirá a un conocimiento no solamente “intelectual” o “fideísta” del Señor, sino, ante todo, a una rica experiencia de Cristo Resucitado.
¿Qué te proponemos?
1.- Te exhortamos vivamente a que leas la Sagrada Escritura, especialmente los Evangelios (San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan); ellos son la mejor referencia que tenemos del Señor.  Esta es la exhortación que siempre nos han hecho los Santos: leer y meditar las escenas del Evangelio, metiéndonos como un personaje más. San Jerónimo dijo que “desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo”.
2.- También te invitamos a leer otras “vidas de Cristo”, o datos que encuentres en libros serios de historia. El conocimiento interior, desde la fe, sobre Cristo, no está peleado con los datos que nos pueda aportar la ciencia, la historia, y la Teología; al contrario, la enriquece y la potencia.
Anímate a conocer cada vez más y mejor al Dios hecho hombre que quiso morar entre nosotros para redimirnos y conducirnos al Padre. Recuerda que nadie ama lo que no conoce, y que el cristianismo no es un conjunto de ideas, sino una persona: Cristo.
Marvin Mundo

0 comentarios:

Publicar un comentario